Análisis: DBS 88 y 89

Los capítulos 88 y 89 de Dragon Ball Super marcan el final del reclutamiento de participantes en el Torneo de Fuerza.

El 88 empieza con una pelea amistosa entre Krilín y Nº 18 que Boing censurará. ¡Y mejor así! Porque como alguna asociación de padres haga reclamaciones de violencia conyugal, adiós a la emisión televisiva.

Piccolo se ha convertido en un gran maestro. Sólo él podría hacer que Gohan luchase en serio:

Con los hijos, mano izquierda.

Las dinámicas entre Gohan y Piccolo funcionan fenomenal. Acostumbrado al tempo narrativo del manga, pensaba que ya en el 88 iba a suceder el enfrentamiento entre Gohan y su padre, pero no por ello pienso que estas secuencias de entrenamiento sean relleno. Simplemente es algo a lo que Toriyama en su día apenas habría dedicado una página, en el borde de lo sugerente y lo sobreentendido.

Son Gohan, finalmente, recupera su estado místico o definitivo.

Cuando vi que en la película de La batalla de los Dioses volvía al viejo estado de supersaiyano, me había parecido un error; pero ahora veo que todo esto hila a la perfección la trama de las decisiones vitales de Gohan. Ha tenido que dedicar tanto tiempo a su familia y a su propia carrera, que no pudo mantener la misma motivación. Lo que tantos fans le achacan no es otra cosa que una caracterización coherente de su personalidad.

Y además, hemos podido volver a ver al dinosaurio.

¡El flequillo!

¡AAALELUYA!

Entre ambos episodios se sucede una subtrama en la que Kyabe busca compañeros de torneo en el Universo 6.

Renso, un tipo que parece un samurái —¡aquel gazapo del doblaje español de DBZ no era un gazapo!—, delega responsabilidades en su hermana pequeña, una saiyana que todos pensamos la semana pasada que era la Broly chica, pero más bien era una argucia de la Toei para que llenásemos las redes con publicidad gratuita. No hay más que mirarla con atención para ver que la trajeron de One Piece para despistar.

La Coliflora. Con ese nombre, sólo te queda formar una banda.

Porque la verdadera "Brola" es Kale, la chica apocada que está entre los subalternos, ahí abajo en el rincón. Bien jugado.

Tu ex en la primera cita.

Dos meses después.

El capítulo 89 ocurre al mismo tiempo que el 88, y cuenta qué estaba haciendo Goku mientras tanto.

Se había ido a los montañas chinas —que no son chinas porque hay una monarquía global— a visitar a Ten Shin Han, que ahora tiene una escuela propia de artes marciales porque los aldeanos le vieron entrenando y se ve que le construyeron un polideportivo. Además, por una casualidad muy oportuna, también está Mutenroshi allí como invitado de honor.

O sea, que quieren hacer relleno, pero no están desesperados. Es triste, pero a estas alturas, Mutenroshi funciona bien sólo como personaje cómico, ya que el maestro inteligente de verdad es Piccolo.

La trama involucra a una chica desconocida que utiliza brujería —no china—, y quiere vengarse de Ten Shin Han porque cuando abandonó la escuela de Duende Grulla, la pobre estuvo gritándole un buen rato que no se fuera y el calvo de los tres ojos ni se giró. ¡Normal que quiera vengarse! Se debió quedar a solas con el Duende Grulla, quien quizá llegó al punto de obligarla a afeitarse la cabeza. ¡Todo por culpa de Ten Shin Han, que siempre tenía cosas mejores que hacer!

Por ejemplo, aprender a desarrollar más miembros.

Lo que hace que esta trama se quede a medias es que en lugar de dar el antagonismo a esta chica recién inventada, podría haber aparecido Lunch en su forma salvaje, para agarrar a Ten Shin Han del cinto y gritarle:

—¡Maldito calvo tríclope! ¡Me dejaste!

—Te equivocas, Lunch. Lo que sucedió es que yo no quería interferir en tu prometedora carrera de transportista. ¡Tenías un sueño por cumplir! Y tampoco podía pedirte que te vinieras a vivir aislada a las cordilleras chinas...

—¡Que no son chinas, vivimos en una monarquía global!

Podríamos suponer que Lunch ya no volverá. Pero recordemos que reapareció en aquel especial televisivo del 2008 ambientado al menos un año después de estos eventos. Sí, esa OVA en la que nos restregaron por la cara el SSG Blue y ni nos dimos cuenta por creer que era un recurso estilístico. ¡Es posible que aún se cumpla nuestro shipping!

Ah, y también hay una pelea de Goku y Mutenroshi. Pero a mí no me engañan: estaba dopado.

Según la narración final, quedan unas ocho horas hasta el torneo. Quizá debieran dormir, pero por lo que parece, Goku y Gohan prefieren pegarse. Este Toriyama y su realismo costumbrista... Si luego pierden, ya sabemos que fue por no echarse ni una siesta.

                                                                                                                                  SrPintado